jueves, 26 de noviembre de 2015

Decir en clave de poema

1-
No. No confieso. 
Hincada en la espesura de mi asombro
No confieso
Atesoro mi sorda verdad
Y no confieso
Hasta que el tiempo me venga a buscar
Acordonada
Insensata
Me abstengo
de la palabra
Para siempre
Sempiterna memoria
de aquello que supe
y sin embargo callé.
No confieso
No entrego mi voz
a los sordos fusiles del terror.
Me quedo la palabra
aguijoneante
en lágrimas cansadas
ungida.
Al final,
es posible que el viento
mañanero
te susurre en sueños
mi negada confesión.

2- 
Si yo supiera de tus misterios 
Si yo abriera la oculta mirada encerrada en tus miedos
Si tu amor fuera un vuelo hambriento atrapado en mis versos
Si no existiera la tormenta oscura
húmedo lamento
arrastrando lo No dicho
.......
Es inútil 
la vida se anega en condicionales
sin respuestas
Y allí estas
Muda 
Anidando fantasmas del pasado 
que vas tejiendo por rincones absurdos
Ahí estas
Ciega
Desatando huracanes inciertos
hasta que un día te alcance tu verdad

3-
Y cuando la historia te revuelca por el barro, aplastandote la palabra en medio de la calle 
Y cuando las canciones tan tuyas se vuelven ajenas apretando su puño en tu frente
Y cuando te despertas y tu casa se esfumó y tu cielo alargado se achicó
Y cuando te vacían 
desmembrando tu fe
Entonces
Entonces
de pie ante tu silencio
arremangando el dolor 
con los dientes apretados en el vientre
despabilando las dudas
reinicias tu andar

4-
Los vientos de mi cabeza
atormentan los sueños
desatando alargadas horas de miedos palpables
Las ideas arrancadas del fuego
cruzan mi habitación 
atropellando la calma
Estoy atrapada en un frasco
Me alargo hasta alcanzar la forma anhelante de mi cuerpo 
Me atrevo a una idea minúscula
Me arriesgo 
y más allá del horizonte 
rabiosa de verdades negadas
en la frágil caricia,
de un rasguño ajeno
Me arriesgo. ..
Lo hago...

5-

Dame ahora
Dame tus miedos
Retorcidos espejos
debajo del mantel
Estabas tan susurreante
anhelante 
salvaje bostezo
en aquel beso
escondido otoño
Milagroso andamiaje
mentales fuegos
abandonaron tu surco melancólico
Descosiendo 
en el último instante 
los costados plegados
de mi piel

6-
Había amanecido alargada en su figura sedosa. Eran las 9, sabía que debía detener su reloj, pausando sus humores repentinos. Sabía de esos días en que se definía para siempre su destino. El pensamiento había revoloteado por años en las oscuras cavernas de su cabeza. Hoy el pensamiento había amanecido con ella. Eran las 9 y ya lo sabía. 
Alisó, mansa, su cansado deseo, y tomó posesión del resto de sus dias

7-

Recuerdo la mirada ambigua de una mujer antigua 
Imagino la mano, a penas suave, tal vez generosa embebiendo la pluma magnífica en la tinta oscura que quiere ser, en palabras, sus ideas.
Contengo un suspiro ante sus ojos claros fijos en un día, para siempre.
Doy forma en mi voz a su palabra escrita y me encajo en sus secretos silenciados.
Cierro los ojos y tu susurreante poema cansado me corta el aliento.
Si acaricio en mis noches tus Cálices vacíos, no lo digas...es que te acurruco en mis rincones hasta hacerte dormir

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