sábado, 6 de marzo de 2010

OPTICA MINÚSCULA

Obra en un acto.

Roxana Rügnitz

Facultad de Humanidades

Maestria en Teatro.

1-
Personaje 1- (habla en 3ª. persona, todo el tiempo) - Se cumplieron los siete días previstos, todo estaba pronto para el comienzo. Entiéndase, el comienzo de algo que no se explica, el comienzo de una voz, que no implica absolutamente nada en términos racionales.

Nada había sido dejado al azar. Las palabras fueron pronunciadas con el mismo cuidado y precisión que en cada uno de los días anteriores. El juego comenzaba y nada podía detenerlo.

Es que había estado muy solo hasta ese momento. No se es capaz de comprender la nada, el vacío absoluto, si no se ha estado en ese preciso momento, en ese lugar en el que se es único. ¿Por qué había sido colocado allí? ¿Por quién?. ¿Quién había tenido la terrible idea de crear todo un espacio absoluto, vacío, silencioso para abandonarlo en él? No lo sabía. Él no creía en la existencia de un ser superior…

Ya no podía pasar su tiempo en los rincones de cada nebulosa, de cada insterticio del espacio estelar, todo, por inabarcable que fuera, ya lo conocía. Había una sola cosa que nunca había visto: a sí mismo.

Nunca había podido ver su propio rostro -tampoco tenía idea de qué era exactamente, mucho menos de cómo podía ser- Se percibía a si mismo como parte integrante de ese todo caótico que lo rodeaba. ¿Sería acaso los ojos, el corazón del espacio todo? ¿Estaba, entonces, abarcándolo todo desde una cuarta dimensión, viéndose dentro y fuera como una misma cosa?

Incluso esos pensamientos parecían ser eco de otros, de un tiempo fuera del tiempo.

Si ya no existían nuevas ideas que lo entretuviesen, si lo que veía lo un día en una tediosa rutina, si todo ese espacio infinito parecía haber sido creado por un sólo motivo, servirle de eterna prisión de la cual no había escapatoria posible, entonces, todo era inútil.

Debió parecerlo de un modo intolerante, tanto que en alguna parte de su posible extraño interior, comenzó a acumular rabia. Cualquier otra forma de pensamiento se había agotado, ya había intentado sentir el calor de las estrellas, ya había intentado regodearse con cada explosión externa de alguna super nova, alguna galaxia en inauguración gracias a su voluntad, pero ¿cuantas galaxias debe uno ver surgir para perder el total interés por ellas?.

Intentó incluso disfrutar la intensidad del silencio interrumpido por el único sonido posible: su voz. Todo, a través de miles y miles de años que parecían ahora ser minutos, había sido inútil, al menos no le encontraba sentido a ese estar. Sólo quedaba lugar para la rabia y la desesperación.

¿Cómo destruirlo todo si ya estaba en la nada? El sabía muy bien lo que era la nada, él era la nada con una sola atribución: el pensamiento que se volvía poco a poco una tortura. No había forma alguna de suicidar ese maldito pensamiento. La nada no tiene la potestad de auto eliminarse.

Si fuera algo, podría destruirlo y entonces acabar con ese tedio jodido que no le dejaba ya disfrutarse o simplemente ser desde ese no ser, en paz. Sin embargo, ¿cómo destruir la nada? ¿Apagando sus pensamientos? No había un interruptor como para hacerlo, al menos nunca había sabido de la existencia de uno. De pronto, una idea pervertida surgió de ese pensamiento eterno, había una sola manera de acabar con la nada, oponiendo a ese miserable concepto, otro. Uno diferente y tan aterrador: el todo. Debía ser capaz de crear, su palabra debía permitirle construir cosas hasta el punto de llenar esa nada de todo y burlarse así del mismo poder que fue capaz de crearlo y torturarlo en su existencia absoluta.

Así que planeó con mucho cuidado y precisión la forma de hacerlo. El primer inconveniente surgió de inmediato: ¿qué hacer?. No tenía idea.

¿De qué le serviría toda esa cantidad de masa, de cuerpos inertes a su alrededor? ¿Podía acaso ser una especie de materia prima?.

Todo era piedra, piedras frías, piedras fulgurantes, fuego, hielo, metal en algunas ocasiones, elementos gaseosos, en su mayoría.

Esos elementos no parecían ser útiles; por lo menos hasta ahora no habían respondido a sus necesidades, estaban allí tan mudos, tan inestables en su presencia, que le mantenían en esa indeseada soledad.

Debía haber alguna fórmula que le permitiera la creación de algo, a través de esa materia extraña.

Tal vez podría hallar alguna mezcla química que lo ayudara, un movimiento mágico que transformara su aparente eterno estado.

La idea comenzó a crecer en eso que él conocía como su pensamiento, bueno, era todo lo que conocía el pobre infeliz.

En tanto estas ideas lo alejaban de su vaga realidad, perdió unos minutos contacto con todo aquello que lo rodeaba. Estaba tan distraído, tan ensimismado en sus propias cuestiones, que fue incapaz de ver lo que estaba sucediendo. A su alrededor una serie de movimientos extraños comenzaron a mezclar la materia prima del universo, mientras él pensaba, de un momento a otro, todo comenzó a acumularse en masa, a crecer, a latir, hasta volverse una bola intensa, concentrada que parecía tener vida. Podría haber sido el momento más intenso de su insulsa existencia, sin embargo quedó ajeno a todo. Qué irónico, su ego le prohibió participar del momento inicial que tanto esperaba.

Cuando se dio cuenta de lo que sucedía ya era tarde, el caos había despertado, un estallido inmenso, violento se produjo como respuesta a su mirada atónita. La materia comenzó a expandirse, a abrirse camino en el tiempo y el espacio.

Apenas habían pasado unos minutos del primer día del resto de la historia.

Conciente de que esto debía ser una respuesta a eso “nuevo” que esperaba, quiso entonces, ser parte, intervenir de alguna manera.

La materia en esa carrera hacia todas partes posible, comenzaba a encontrar su lugar como si, lentamente, el caos enorme en el que parecía encontrarse todo, aún ese pensamiento que lo observaba, se transformara ahora, en hermoso cosmos. ¿Cómo intervenir en ese proceso, si todo parecía producto de la casualidad? ¿Cómo involucrarse, si hasta su pensamiento, corazón del todo, se expandía con la materia?

No tenía idea de qué estaba hecha toda esa materia en expansión. Solo parecía impactante el momento, inundado de movimientos, color, una energía que se dirigía a todas partes sin control alguno.

De pronto, accidentalmente descubrió que su palabra parecía causar un extraño efecto en las cosas, así que pensó en practicar ese nuevo y probable poder que desconocía.

• Que se ordene la materia. Que cada piedra redonda encuentre un lugar en el espacio.

Esa materia que había visto desprenderse de una enorme bola de fuego, por puro azar, empezó a agruparse y a buscar, como empujada por una fuerza, un lugar, su lugar

Todo era como un gran juego, él tenía los elementos delante y lo único que restaba hacer era decidir dónde ubicarlos en el eterno vacío, pero fundamentalmente debía encontrar un motivo, ¿para qué todo eso?. La casualidad no le bastaba, hacerlo por distracción estaba bien, pero cuánto podía durar. Sin un verdadero motivo, volvería al vacío.

Necesitaba una razón que trascendiera el simple hecho del orden. Necesitaba una razón que acallara un probable futuro estallido de conciencia. Una razón que justificara ese momento.

Si del silencio

puede surgir el sonido que aplaca la angustia.

Si del vacío...

puede aparecer la fantástica imagen de un espacio lleno, al menos donde sea necesario...

Si de la soledad

podemos, por el propio deseo y voluntad, despertar a una eterna y permanente compañía...

Si con sólo una palabra ....... su voluntad en expansión

hacía posible sus más extraños deseos ... Si todo eso justificaba su propio sentido de estar, de ser, dando un perfecto orden a las cosas ¿era necesario que se supiera el verdadero y más profundo sentido de sus acciones? ¿Por qué no dejarlo todo en el misterio? Nadie debía saber que todo era juego... pero para eso se necesitaba un motivo al menos verosímil.

Dar vida, tener el oficio, el don, de crear, despertar ese universo que parecía dormido. ¿Cuál era la motivación para todo eso?.

Pretendía, no simplemente aplacar su eterno aburrimiento. Encontrar un sentido certero, generoso, honorable, para saciar ese fantástico deseo del vivir en otra cosa que no fuese una latencia indescifrable. Ahhhh, la creación, ¡qué insoportable e inevitable resulta!

(Desde entonces ha quedado en los hombres esa sensación de que todo artista es, de alguna manera, poderoso y demoníaco a la vez. Pero no distraigamos nuestro devenir, la creación es el misterio que no podemos abarcar, no una fuerza oscura.)

El primer trabajo artesanal, producto de una fuerza (voluntaria o casual) estaba por comenzar.

2-
Personaje 2- (se trata de la segunda cara del mismo personaje)

Los primeros momentos fueron sumamente difíciles.

Definitivamente la materia ordenada, cosmos lo que era caos, no parecía resolver el problema de mi gran tedio abominable, de mi insoportable soledad. Ese primer movimiento creador era sumamente defectuoso.

Necesitaba algo con lo que pudiera entrar en contacto, que fuera capaz de percibirlo, de reconocerlo, sobre todas las cosas, de ser reconocido.... de ser, por primera vez, mirado.

En el inmenso espacio, la materia seguía ordenándose, sin necesidad de ninguna intervención, seguía expandiéndose por sectores. Se iban organizando una especie de sistemas que parecían girar en torno a un núcleo intenso, lleno de energía.

A medida que se iba extendiendo la masa celeste, en esos grandes sistemas brillantes se acumulaban otros más pequeños

Toda la materia, el tiempo y el espacio estaban originalmente condensados en un punto de altísima densidad desde donde, tras una tremenda explosión, inició su expansión como la superficie de un globo que se hincha.

Después de la gran explosión hubo un tiempo homogéneo. Esta gran explosión formó las estrellas, así se formaron las galaxias, sistemas de miles de millones de estrellas.

Aparentemente todo tenía un sentido, al fin, surgía un sentido real.

Todo giraba en torno a algo, los sistemas solares, que así los llamé, por tener una inmensa bola de fuego en su centro, eran una serie de extrañas formaciones estelares que giraban alrededor de esa bola. Parecía un juego, en el que el tiempo era definitivo. Un juego en el cual la precisión era la única regla, veía girar esas otras bolas, más frías, manteniendo una armonía entre ellos, la perfección de la materia, me dije, entendiendo por primera vez que existía una poderosa relación entre esa perfección y el pensamiento.

Todo esto ocurrió rápidamente No tuve tiempo de entender realmente, cómo ni por qué.

Sin embargo, a pesar del estruendo inicial, todo seguía muy silencioso.

La fatalidad del silencio agrieta el pensamiento, lo deforma, hasta levantar un complejo patrón de ideas que puedan reputar un resultado resaltado para resolver el raro fondo en que se cae cuando se instala el silencio.

Había que hacer algo. Había que inventar algo ruidoso. Había que abrir el telón.

3-
Narrador : (se enciende la luz de la platea)

- hagamos un paréntesis.

Entendamos bien algo.

Abrir el telón ha resultado ser una frase “hecha”, (construida por otros, lugar común, lexicalizada o lo que se quiera) que nos ayuda a resolver con eficacia una idea que podría no ser muy sencilla ya que refiere a un comienzo, un origen...

Felizmente las frases de otros vienen a sintetizar un montón de palabras inútiles y ahorrarnos páginas de elaboradas palabras que intentan penetrar esa idea inicial.... pero claro, si no podemos regodearnos con la explicación de algo que ya ha sido apretujado en un decir, ¿qué nos queda?.

Así que nos detenemos igual, y con el mismo pastoso parloteo, en explicaciones torpes sobre algo que ya todos han entendido hace tiempo.

La palabra tiene el don de extenderse o achicarse según las necesidades, según sus objetivos, siempre distintos, y funciona. Hay en la eficaz utilización de la palabra una cierta hermosura que envuelve.

Sin embargo, como en la creación inicial, aún nada es verdaderamente eficaz, todo debe ser intentado y arruinado más de una vez, esto no sería entonces, sino una primera e imperfecta “cosa” de barro.

Es comprensible, o quiero que lo sea, que en este paréntesis que parece un recorto y pego arbitrario se entienda, sea el momento clave en que aquel que estaba sumido en un estado tedioso, baudelariano, despertando al arrullo del sarcasmo se encuentre imaginando qué carajo hacer para terminar con aquel tan pesado, invasor y pegajoso silencio.

Se supone que en esos momentos de inminente creación hay que apartarse, permitir que el acto creador fluya sólo, sin interferencias...y bueno, bastante solo estaba este fulano inicial creador. Si nos permitimos esta puntual interferencia es en la medida en que suponemos no somos parte de su universo, anverso exterior o ficticio de algo que es pero que no se sabe muy bien por qué.

No sé si estamos del todo en un acuerdo, pero dejarlo pensar e instaurar allí una sola página en blanco... el poderoso no debería necesitar más... puede resultar aburrido. Analizar pausadamente en forma de tratado profundo y calculable su pensamiento, con certeza será otro poderoso aburrimiento que me impediría continuar esta historia

En cambio, jugar al sistema de confidencia, repartir ideas que no dicen nada y por lo tanto simulan un otro vacío distinto del silencio... a mí, me sirve.
Pero en definitiva, quién soy yo, ¿palabra ambulante?, ¿el pensamiento que dio origen a esa idea pecaminosa de la vida?... nada de eso, yo no existo aún, no pertenezco a ese mundo que pretende surgir, yo no tengo un lugar certero en todo esto, no me miren así, porque ustedes tampoco existen. Este juego no deja de ser una intención, no pasa de una posibilidad así que, habrá que esperar.
(Continuará)...

Secretos

En marzo de 2010, en AGADU, presento mi libro de poesía: Secretos.
Una recopilación de ideas, visiones, sentires a través de los cuales fui creciendo, me fui hacieno....
La travesía de mi vida me ha ido dando sorpresas, es lindo esto de vivir, de encontrarse con nuevas sensaciones, de sentir vértigo pero animarse... tengo que agradecer a la vida cada instante: los tristes, los alegres, los apáticos, los exitantes, cada uno de ellos me a empujado a una instancia diferente de la vida haciendo de este viaje siempre una forma de magia....
Espero que aquellos que hayan decidido compartir mi libro, se sientan, en cierta medida, dentro de ese viaje, que es el de todos...
Los secretos... bueno, habrá que descubrirlos en las palabras.
Salú

lunes, 1 de marzo de 2010

Marzo, 2010, Uruguay cambia su historia

Hoy es primero de marzo de 2010, hoy asume como presidente José Pepe, Mujica.
El día que ganó las elecciones dijo: "Ni vencedores ni vencidos: sólo elegir un gobierno que posee la verdad, que exige de todos nosotros".
"Si en algún momento mi temperamento un luchador me lleve la lengua demasiado lejos, pido disculpas por la ofensa y mañana vamos a caminar juntos"
Hoy el Uruguay está presenciando un momento histórico, promovido por el mismo pueblo, que ha dicho no a los sistemas políticos tradicionales, que ha dicho no a una política anquilosada y de minorías privilegiadas.
Acabamos de escuchar el discurso del ya presidente de la república, Pepe, sintiendonos emocionados, orgullosos de ser partícipe de esta historia, de formar parte de los generadores de este momento.
Nuestro presidente ha luchado toda una vida por sus ideologías políticas, ha batallado, ha sufrido prisión y hoy su pueblo, el que lo eligió, lo escucha planteando fuertes señales políticas, especialmente a los políticos de la oposición...
Hoy es un día maravilloso, el sol nos acompaña, el mate está preparado, terminado el discurso magnífico del Pepe, nos vamos para la Pza Independencia, ya que este hombre se merece que lo acompañemos.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE